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Entre el mar y la montaña

  • Foto del escritor: Laura Zaragoza
    Laura Zaragoza
  • 13 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 13 jul 2020

Castellón puede presumir de tener una amplia y variada gastronomía, dada su ubicación geográfica. Está situada en el este de la península ibérica y limita con el mar Mediterráneo, además es montañosa en su interior por estar conformada por las comarcas naturales del Maestrazgo y la Sierra de Espadán. La provincia está agrupada por ocho comarcas divididas por tres de zona litoral: Bajo Maestrazo, Plana Alta y la Plana Baja; y cinco de zona interior: Alcalatén, Alto Maestrazgo, Alto Mijares, Alto Palancia y Los Puertos de Morella. En cada una de estas comarcas se pueden encontrar diversas materias primas para una gastronomía tanto de costa como de interior.


La provincia cuenta con una larga tradición marinera y en los puertos marítimos de Castellón como en El Grao, Vinaroz o Peñíscola, los pescadores, cada día, capturan grandes cantidades de especies marinas con el método de pesca del arrastre y del trasmallo, y los descargan en la lonja del puerto para suministrar a los ciudadanos y a los restaurantes de la costa con productos frescos de mar. El pescado y marisco del mar Mediterráneo se caracteriza por tener un exquisito sabor debido la alta salinidad del mar.


Para saber si un pescado es de calidad o no, el chef Nacho Boix del restaurante Tasca el Puerto en El Grao de Castellón comenta que el pescado deber ser de mar y no de piscifactoría. Boix, amante de la gastronomía de costa y de la tradición marinera, apuesta siempre por el pescado de lonja para su cocina para garantizar un plato de calidad. La diferencia entre ambos tipos pescados, según Boix, es que la pieza del mar tiene abundantes escamas por el hecho de que el pez lucha contra corriente y genera escamas, en cambio, la pieza de piscifactoría es totalmente plana y no presenta apenas escamas. Otra forma de diferenciar el pescado de lonja, pero esta no es a simple vista ya que hay que abrir el pescado, es por la cantidad de grasa que tiene la carne, los peces de mar no poseen casi porque constantemente están huyendo de otras especies marinas, al contrario que los pescados de piscifactoría que tienen una excesiva grasa.


El mar de Castellón, desde Vinaroz hasta Almenara, no supera los 100 metros de profundidad debido al nacimiento de la Isla de las Columbretes, ya que levantó el fondo marino ocasionando grandes zonas de rocas y piedras. Es por ello que se pueden encontrar diferentes especialidades de marisco de roca como las gambas, las galeras y los afamados langostinos de Vinaroz, unos de los mejores del mediterráneo. En el mes de agosto se celebra en esta localidad la Fiesta del Langostino donde preparan platos culinarios con este alimento sabroso. Asimismo, tanto en El Grao como en Vinaroz se organiza la Jornada de la Galera, entre febrero y marzo, y la tradicional Torrà de la Sardina en junio por las fiestas de Sant Pere en El Grao.


Una especie que no puede encontrase fácilmente por la costa de la provincia, a causa de su escasa profundidad, es la gamba roja. Este marisco necesita un calado mínimo de 600 metros de profundidad, por lo que es necesario desplazarse de camino a las Islas Baleares para lograr capturar este producto y traerlo hasta la costa castellonense. Pero existen otras especies que habitan en este mar a 60 o 80 metros de profundidad, por ejemplo los meros grises o chernas, poco conocidos, pero para Boix son muy apreciados en la cocina por su sabor. Las sardinas, los boquerones y los salmonetes de El Grao, los caracoles punxents y el polpet de Peñíscola también son productos frescos marinos propios de esta costa mediterránea.



En la gastronomía de costa tampoco puede faltar la paella en todas sus variedades como el arroz a banda, con su sabroso caldo de pescado; arroz caldoso con galeras, cangrejos y coliflor; arrosejat; arroz al horno o la tradicional paella de carne.

Los arroces junto a la fideuà son los platos más típicos.



Para los amantes de la carne, en el interior de la provincia se hacen elaboraciones culinarias más contundentes. En esta zona de montaña es tradición preparar recetas populares como el tombet, el cordero y el cabritillo al horno de Els Ports acompañado con productos de temporada como las setas o las trufas negras. La aclamada trufa, la "joya gastronómica" de la provincia, se encuentra en lugares recónditos del interior del Alto Maestrazgo. Este producto, de un intenso aroma, es considerado todo un manjar incluirlo en los platos culinarios para realzar el sabor.

La temporada de estos alimentos suele ser en octubre, cuando se celebra las Jornadas Gastronómicas de Carne y Caza. Además, es tradición popular celebrar la Fiesta de la Matanza del Cerdo para obtener toda clase de embutidos y carnes: jamones, longanizas, cecina, morcillas y chuletas. Buenos productos para preparar platos de interior, entre ellos la que destaca es la olleta de la Plana, uno de los guisos más tradicionales de la zona.



Los productos de campo y huerta no se quedan atrás. Las frutas, verduras y hortalizas son famosas por su calidad, entre ellas la alcachofa, la tomata de penjar, las cerezas, los melones y las variedades de naranjas y mandarinas.



Y en cuanto a los dulces, existe una tradición repostera influenciada por la cultura árabe y muchos se preparan en festividades religiosas, en Semana Santa o en las fiestas de la Magdalena. La coca malfeta, los rollos de anís, los pasteles de moniato, els rossegons, las pelotas de fraile, les figues albardaes, y el pá-nolí (torta de calabaza y boniato), son los dulces más tradicionales. Preparar de forma casera mieles, cuajadas o requesón también es típico para celebrar alguna festividad de los pueblos.



La gastronomía de Castellón es interesante por todas sus materias primas. Tener mar y montaña es una ventaja para que una gastronomía sea variada en alimentos y perfecta en sabores.





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